Donde los cubanos sueñan con París

Son famosos en todo el mundo los bulevares de París. Allí la vida bohemia entre los años 20 y 40 del siglo pasado tenía su plaza fuerte. Artistas, estudiantes de la Universidad y simples ciudadanos convivían en medio de las nacientes muestras de cultura. Eran centro de toda la vida cultural urbana, que luego, si sobresalía, pasaba a los grandes salones y museos del mundo.

El bulevar de Cienfuegos es algo parecido, pero en una escala menor, por supuesto.

Dicen todos que es uno de los más hermosos del país y el más limpio, con sus cestos para basura cada algunos metros y su piso de reluciente granito.

El bulevar es lugar de citas a toda hora en Cienfuegos. Las tiendas abren sus puertas a las nueve de la mañana, hasta altas horas de la tarde y clientes no le faltan. Pareciera que nadie en Cienfuegos trabaja, porque siempre hay gente caminando. Desde las muchachitas de las escuelas secundarias hasta los trabajadores apurados pululan allí, esquivando trigueñas suculentas y viejitos vendedores de periódicos.

En esa calle, donde las bicicletas, motos y autos no pueden pasar, se puede encontrar de todo, sólo hay que saber buscar. El Palacio Blanco, sede de los artesanos y artistas locales, la tienda Francia Moderna o la cafetería ¡Qué Bien! son lugares emblemáticos.

El bulevar es lugar de citas a toda hora en Cienfuegos. Pareciera que nadie trabaja esta ciudad, porque siempre hay gente caminando por allí, ya sea apurados o de simple paseo

Este bar-cafetería es un descendiente moderno de esos bares de París. Solo que aquí hay pocos artistas. La mayoría son vendedores e intermediarios que intentan venderles a los turistas objetos de arte locales.

A los ojos de los cubanos los vendedores parecen modelos de revistas o presentadores de programas de TV. El último grito de la moda local se ve allí.

Es en las horas del mediodía cuando casi no se puede caminar por el Bulevard. Ésa es la hora en que salen a almorzar muchos trabajadores y otros simplemente dan un paseo mirando los escaparates. No importa el sol del trópico, siempre hay cientos de personas allí en busca de las cosas más insólitas, desde un perro hasta un celular.

También se dice que se pueden ver allí las mujeres más lindas de la ciudad. No sé si esto es cierto, pero la verdad es que sí es centro de encuentro de gran cantidad de jóvenes hermosas.

Por las noches el bulevar es diferente. Se ven pocas personas, casi todas de camino al Teatro Terry o a la discoteca ‘El Benny’, del Hotel La Unión. En este caso, caminan apurados y sólo dejan tras de sí el olor de su perfume. El amanecer es brillante, y es que el granito de la calle y las aceras brilla por el agua de las limpiezas matinales.

Sin duda, para todos los que quieran conocer una parte importante de la vida de esta ciudad, el bulevar y sus tiendas, vendedores y simples caminantes, son visita obligada.

Autor: Sabdiel Batista Díaz